Estrenamos
un nuevo año y, con él, una interminable lista de nuevos propósitos que, una
vez más, pretendemos cumplir. Como si de un volver a empezar se tratara,
utilizamos este cambio de fecha para hacer borrón y cuenta nueva y marcarnos objetivos
a corto, medio y largo plazo para aplicar durante los próximos 12 meses.
Pero,
¿a quién pretendemos engañar? La mayoría de estos nuevos propósitos ya nos los
hemos planteado antes. Y varias veces. Sin éxito.
Bueno,
por intentarlo que no quede. Tal vez en esta ocasión lo consigamos. Por si
acaso, aquí va una serie de consejos que nos pueden ayudar a mejorar nuestras
vidas sin que el camino implique un gran sacrificio. Seguro que encontramos
recompensa.
1. Recupera ese hábito que algún
día tuviste
¡Y que tanto te gustaba! Ya sea leer, escribir, cocinar, correr, montar
en bicicleta, ir de museos o de compras. Nunca está de más tomarnos un poco de
tiempo para nosotros mismos y, si es haciendo algo que verdaderamente nos
llena, mejor que mejor.
2. No dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy
¿Cuántas veces habremos escuchado este refrán? Y es que si hoy tienes
tiempo para hacerlo, ¿por qué vas a esperar hasta mañana? Seguramente entonces
tendrás otras cosas que hacer y habrá merecido la pena no dejar pasar la
oportunidad de reducir tu lista de pendientes.
3. Incluye dieta y ejercicio a tu
rutina
Todo un clásico, pero no por ello menos importante. No se trata de
machacarte en el gimnasio, ni siquiera de abstenerte de comer lo que más te
gusta. Solamente tienes que hacer un poco de todo y, eso sí, hacerlo con
moderación. Sin excesos y sin carencias. Si no te va el deporte, entonces
camina. Coge el autobús, pero bájate una o dos paradas antes. Usa las escaleras
en lugar del ascensor. Come un poco menos y muévete un poco más. Reduce la
dosis de alcohol o déjala para las ocasiones especiales. Estos buenos hábitos
no sólo te ayudarán a sentirte mejor, sino también a alejar, poco a poco, otros
no tan recomendables y que a la larga pueden afectar seriamente a tu calidad de
vida. Al fin y al cabo, somos animales de costumbres.
4. Conoce mejor a alguien que ya
conozcas
A diario nos cruzamos o incluso hablamos brevemente con gente que
apenas conocemos. Ya sea en nuestro lugar de trabajo, por el camino o en algún
establecimiento que solamos frecuentar, habitualmente vemos caras conocidas.
Pero, ¿cuánto sabemos de la gente que conocemos? ¿Cuándo tiempo invertimos en
los demás? Sólo tú puedes contestar a
esta pregunta y sólo tú sabrás cómo quieres abordarla.
5. Gruñe menos, sonríe más
A veces es más fácil quejarse de las cosas que tratar de buscar su
lado positivo, sobre todo en los tiempos que corren. Generalmente lo negativo
atrae más y más cosas negativas. Tratar de dejar el pesimismo a un lado y darle
a todo un toque de color no sólo es un reto al que debemos enfrentarnos si
buscamos la felicidad, sino que también es una necesidad propia del ser humano.
Cuanto más sonrías, más sonrisas atraerás. Nunca sabes quién se puede enamorar
de tu sonrisa. Los demás perciben esas buenas energías y tú también te vas a
sentir mejor en tu día a día si sigues este consejo.
6. No juzgues sin conocimiento de
causa
O lo que es lo mismo: agudiza el sentido de la empatía. Cada uno tiene
sus propias circunstancias y es importante tratar de ponerse siempre en el
lugar de los demás, sobre todo antes de emitir un juicio de valor. Todo es
relativo y las cosas se pueden ver de una manera o de otra, dependiendo de los
ojos con los que se mire. No existe la verdad absoluta. Por lo tanto, puede
sernos de mucha utilidad estar menos pendientes de la vida de los demás y
centrarnos en las cosas verdaderamente importantes, es decir, aquéllas en las
que sí podamos generar un impacto real.
7. Diviértete
Así sea escuchando música, cantando o bailando, tirándote en
paracaídas, tomando unas copas con amigos o pasando más tiempo en familia. Aquí
o allí. En soledad o con compañía. En definitiva, aquí de lo que se trata no es
tanto del QUÉ sino del CÓMO. Cada vez es más difícil encontrar tiempo para
disfrutar de la vida, al margen de las obligaciones. Y al final del día es lo
único que realmente merece la pena. No lo olvides.
8. Descansa
Es tan importante realizar una buena inversión del tiempo con
actividades que llenen nuestras ocupadas agendas como saber decir “¡Basta!”. Hay que dejar que tanto nuestra
mente como nuestro cuerpo se vean recompensados. La buena salud también se mide
con las horas de descanso y necesitamos renovar energías para obtener el máximo
rendimiento de todo lo que hagamos. Descansar implica dormir bien por las noches,
cuando toca, pero también con momentos de mayor tranquilidad - como viendo una
película o paseando en barco – o con ejercicios de relajación.
9. Viaja, viaja y viaja sin parar
Todo lo que puedas, siempre que puedas, sin excepción. No importa si a
la esquina de tu misma calle, a la otra punta de tu propio barrio o a cualquier
otro rincón del mundo. Toda excusa es buena para emprender una aventura,
experimentar nuevas experiencias y dejar que la vida te sorprenda. Y no se
trata de lo lejos que te vayas, sino de lo que te vayas encontrando en ese recorrido
y de ir cumpliendo metas mientras recorres el camino.
10.
Empieza algo que te motive y, lo
más importante, termínalo
Marcarse objetivos es esencial, pero se trata del primero de los
muchos pasos que le siguen. Vivir mejor es un ejercicio que debe practicarse.
Aquí de lo que se trata es de aprovechar las oportunidades
a nuestro alcance para seguir creciendo, para cambiar aquellas cosas que
no nos completan ni nos permiten avanzar, por esas otras que mejoran nuestra
existencia. Se trata, en definitiva, de darle sentido al tan valioso tiempo de
que disponemos y que tan fugazmente desaparece. Un nuevo año, un nuevo comienzo,
es la mejor excusa para poner el marcador a 0. Y es que ya lo dice el refrán: Año nuevo, vida nueva.
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